Como para muchas de vosotras, durante el año 2020 se resquebrajó mi Torre. El temblor fue tan fuerte que mis viejos pilares no podían sostenerme. Entonces comenzó para mí una noche oscura del alma que duraría 4 años. Estuve sumida en un pozo profundo donde no podía ver más que mis propias sombras. Sin rumbo ni fe. Solo el arte me salvó de no volverme completamente loca. A través de varias obras de teatro performativo fui ahondando en mis heridas y pude exorcizar mi dolor.

En medio de esa vorágine intenté construir nuevos proyectos que me ilusionaran relacionados con el tarot y el arte pero ninguno sobrevivió a mi hecatombe, así que dejé de chapotear torpemente para no ahogarme y me abandoné a la deriva. Después de varias tempestades más, el mar me devolvió a la orilla y comencé a sentir el calor suave del sol, el olor a salitre y la brisa fresca en mi cara. Como en el arte japonés del kintsugi y desde la calma, inicié mi proceso de reaparación. Ahora puedo observar la sincronía perfecta entre todos mis pedazos rotos y la nueva obra de arte en la que todo ha transmutado. 

Y en este preciso momento nace Arcana Creativa con el deseo de ser refugio y tribu de mujeres que buscan un lugar íntimo donde poder reconstruirse a través del tarot y el arte como canales simbólicos que nos conectan con nuestra esencia y con la Fuente.